lunes, 20 de mayo de 2024

SEMANA DE MAYO

 

Antecedentes de la Revolución de Mayo

En 1776 el Rey Carlos III de España decidió, por razones administrativas, económicas, defensivas y geopolíticas, la creación del Virreinato del Río de la Plata, cuya capital fue Buenos Aires. A partir de entonces, su puerto podría comerciar libremente, tanto con España como con las provincias interiores, lo que, junto con el asiento de las autoridades virreinales dio un fuerte impulso al desarrollo urbano. En ese sentido el segundo Virrey, Juan José de Vértiz (1778-1784) realizó una amplia tarea de desarrollo urbanístico con la colocación de los primeros faroles, la realización del Paseo de La Alameda -el primer espacio público para recreo de los habitantes a la vera del río-, la apertura de caminos y el arreglo de calles. El censo de 1778 dispuesto por Vértiz arrojó como resultado que en la ciudad vivían 24.205 habitantes, lo que trajo aparejados cambios constructivos en la zona céntrica, con pequeños cuartos pensados para rentar a comerciantes con vista a la calle, así como para hospedaje. Ese impulso comercial llevó a que en 1804 se construyera una recova para albergar el comercio, separando la Plaza Mayor en dos. A fines de siglo el Virrey Avilés realizó el primer adoquinado urbano.

Los altibajos de la política exterior española durante el siglo de las luces, apoyada en su alianza con Francia, a partir de la revolución política sucedida en su poderoso aliado, llevan al Imperio español a una situación de conflicto. Este funciona como elemento de disgregación de sus dominios, ya que en 1778 se introduce el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias promulgado por el rey Carlos III. A partir de entonces se flexibiliza el comercio entre la metrópoli y sus colonias en América.

A las convulsiones de la diplomacia real española y a su descenso como actor principal de la política internacional inversamente proporcional al surgimiento de las nuevas y más dinámicas nuevas metrópolis europeas cuya presión sobre la coherencia económica de Indias será un actor clave en la desestructuración de esa unidad económica y demográfica española en Sudamérica, deben sumarse causas endógenas en América a partir de su entrada al conflicto internacional cuando en 1806 y 1807, Buenos Aires es invadida por milicias inglesas, lo que condujo a su organización en regimientos militares para la defensa de la ciudad conforme su origen.

Luego de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 el Río de la Plata ya no volverá a ser el mismo. Por un lado, por la politización de la sociedad y por otro por la creación de las milicias urbanas, ambas determinantes en 1810. Europa, mientras tanto, tampoco pasa por aguas calmas ya que se encuentra inmersa en las guerras napoleónicas. En ese contexto, en España, el hijo de Carlos IV obliga a su padre a cederle el trono y así se corona Fernando VII; ambos apresados por Napoleón quien ya había ingresado a la península.

La resistencia al nuevo poder de ocupación francés y a José Bonaparte nombrado máxima autoridad, quedó en manos de las juntas que se organizaron y de la Junta Central de Cádiz, que se adjudica el gobierno hasta tanto sea repuesto el legítimo rey. En junio de 1809 llega a Buenos Aires un nuevo Virrey español nombrado por la Junta, Baltasar Hidalgo de Cisneros. Cuando en mayo de 1810 llega la noticia de la caída de la Junta de Cádiz, el grupo patriota que integran: BelgranoCastelli, los hermanos Rodríguez Peña y otros más, logran hacer que se convoque a un Cabildo Abierto para decidir qué hacer ante la nueva situación en España.

El Cabildo Abierto comienza el 22 de mayo y en él se dan dos posiciones bien claras: por un lado, la de los criollos (españoles americanos) encabezada por Castelli, quien sostiene que una vez encarcelado el rey y caída la Junta depositaria de sus derechos en España, el poder retrovierte al pueblo y éste lo vuelve a adjudicar en quien considere. Este principio se conoce como retroversión de la soberanía. Por el lado español, se encuentra el Obispo Lué, que es quien lleva la palabra y sostiene que los españoles tienen derecho en América hasta que quede el último de ellos.

No sin conflictos y tensiones se consigue la formación de la Primera Junta de Gobierno. Se encontraba encabezada por Cornelio Saavedra, que era el jefe del Regimiento de Patricios (creado luego de la primera invasión inglesa), quien al no apoyar al virrey inclina la balanza hacia la posición de los patriotas. El secretario es Mariano Moreno, un abogado representante de los hacendados y Juan José Paso en la secretaría dedicada a lo financiero. La integran también Belgrano, Castelli, Alberti, Matheu, Azcuénaga y Larrea.

Los conflictos sobre el devenir del proceso no tardan en volverse enfrenamientos al interior de la Junta. Por un lado Saavedra quiere que se incorporen a ella dos diputados por cada Cabildo del Interior, tal cual lo había solicitado la Junta cuando se forma. Por otro, el Secretario Mariano Moreno busca evitar esa incorporación e imprimir un curso acelerado al proceso.

Moreno es removido de su cargo y enviado a Europa en misión diplomática a la par que comienzan a incorporarse los diputados del interior, dando origen a la Junta Grande. Pero en 1811, luego de las jornadas de abril en donde los orilleros piden la renuncia de todos los morenistas de la Junta, también es removido Saavedra y el poder queda en manos del cordobés Dean Gregorio Funes. Hay que recordar también que Belgrano había sido enviado en 1810 en campaña militar al Paraguay y Castelli al Alto Perú para lograr la obediencia de todas las regiones del antiguo virreinato, cosa que se logra con suerte dispar.

Los sucesos de la Semana de Mayo | Día por día

El 14 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe, trayendo periódicos que confirmaban ciertos rumores que ya circulaban con intensidad en Buenos Aires: la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español, había caído en manos de Napoleón, conformándose entonces el Consejo de Regencia

El 18 de mayo el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros publica un bando en el que pide al pueblo que se mantenga fiel a España, que había sido invadida por los franceses.

El 19 de mayo, mientras los realistas estaban dispuestos a someterse a la autoridad del Consejo de Regencia, los criollos lo rechazaron y argumentaron que no representaba el poder del pueblo por no haber sido nombrado por ellos como rey. Por lo tanto, los criollos piden a las autoridades que se les permita realizar un Cabildo Abierto. Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano se lo solicitan al Alcalde Lezica y Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva.

El domingo 20, el virrey recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos, a quienes les solicita apoyo ante una posible rebelión, pero todos ellos se negaron a brindárselo. Castelli y Martín Rodríguez insistieron con el pedido de Cabildo Abierto. El virrey lo consideró una insolencia y un atrevimiento y quiso improvisar un discurso. Entonces, Rodríguez le advirtió que tenía cinco minutos para decidir. Cisneros respondió: “Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran” y convocó al Cabildo para el día 22 de mayo.

El lunes 21, se produce la ocupación de la Plaza por parte de una multitud de hombres armados. El grupo de revolucionarios estaba encabezado por Domingo French y Antonio Luis Beruti, bajo el nombre de “Legión Infernal”. Pedían fervientemente que se concrete la convocatoria al Cabildo Abierto. Es entonces cuando el Cabildo invita a los principales vecinos a reunirse el día 22 en Cabildo Abierto El Cabildo Abierto del martes 22 de mayo tuvo 450 invitados pero sólo pudieron llegar 251. Abre la sesión el escribano del Cabildo, Justo José Núñez” y entonces comienza un debate que por momentos fue desordenado y tumultuoso. Después de largas discusiones, se resuelve que el virrey cese en el mando.

El miércoles 23 el Cabildo dio un golpe contrarrevolucionario nombrando una junta presidida por el virrey destituido, señalando que tenía facultades para ello en virtud del Congreso General del día anterior. Ello generó la furia de las milicias y del pueblo, resultando inaceptable para los partidarios de la revolución.

El jueves 24, los integrantes de esa junta Castelli y Saavedra renuncian. Por la noche, Castelli y Saavedra más una delegación de patriotas se presentaron en la casa de Cisneros y lograron su renuncia. La Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente.

El viernes 25, los criollos, reunidos en la Plaza Mayor (actual Plaza de Mayo) y en busca de noticias, gritan: "el pueblo quiere saber de qué se trata. Los delegados de los revolucionarios dijeron que no se conformaban con la renuncia de Cisneros, que el pueblo debía asumir el gobierno. Finalmente, Martín Rodríguez leyó desde el balcón los nombres de los nueve hombres que integrarían la Primera Junta del Gobierno Patrio. Lo que parecía increíble, se hizo real, se había formado un gobierno con criollos, la voz del pueblo fue escuchada

18 DE MAYO DIA DE LA ESCARAPELA

 

Su creación 


El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano propuso que se creara una escarapela nacional. Hasta ese momento, los distintos cuerpos del Ejército utilizaban diferentes distintivos. Unos días después, el 18 de febrero, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste. Estos colores provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII (rey ausente de España).

Distintas versiones sobre su origen

Una de las versiones indica que los colores blanco y celeste fueron utilizados por primera vez durante las invasiones inglesas –en 1806 y 1807– por el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata, y que luego empezaron a popularizarse entre los criollos. Otra dice que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires, cuando se presentaron a una entrevista con el entonces coronel Cornelio de Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810.

Es un error atribuirle a French la creación de la escarapela. Es posible que esta historia haya nacido de la tradición oral, recogida por Mitre mientras preparaba una de sus obras. Sí se sabe que durante las jornadas del 22 y 25 de mayo de 1810 los patriotas identificaban a los adherentes a la Revolución de Mayo otorgándoles unas cintas blancas. Es posible que el 21 de mayo French y Beruti hayan repartido las cintas blancas.

El Día de la Escarapela

En el año 1935, el Consejo Nacional de Educación instituyó el 18 de mayo como Día de la Escarapela (Res. 13-5-1935, Expte. 9602-9º-935).










DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR

 

Día Internacional de los Trabajadores
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Manifestación del Día de los Trabajadores en Barcelona en 2009
Datos generales
Tipofestividad pública, día internacional y actividad
Primera vez1889
Fecha1 de mayo
Motivoempleado, obrero, trabajo y Revuelta de Haymarket

El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la conmemoración del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado, habitualmente, para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras. Es día festivo nacional en la mayoría de países.

Desde su establecimiento (aunque la consideración del día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 18891​, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las protestas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvo su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es conmemorada en mayor o menor medida en todo el planeta.

En Estados Unidos, Canadá y otros países no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre, conmemorando un desfile realizado el 5 de septiembre de 1882 en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente estadounidense Grover Cleveland auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.

Historia

Origen de la conmemoración

Los hechos que dieron lugar a esta conmemoración están contextualizados en los albores de la Revolución Industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo xix Chicago era la segunda ciudad en número de habitantes de Estados Unidos. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergaban a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a inmigrantes de todo el mundo a lo largo del siglo xix.

La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas de trabajo

Fotografía de un taller de Indiana, Estados Unidos, de Lewis Hine, 1908. Las malas condiciones laborales de los trabajadores en plena Revolución Industrial contribuyeron al surgimiento del movimiento obrero y sus reivindicaciones

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. Uno de los objetivos prioritarios era hacer valer la máxima de: «ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso». En este contexto se produjeron varios movimientos; en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Antes existía una 2​ley que prohibía trabajar más de 18 horas, «salvo caso de necesidad». Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.

La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), en su inicio socialista (aunque algunas fuentes señalan su origen anarquista). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, ésta había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, yéndose a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de las organizaciones, que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas.

En 1868, el presidente Andrew Johnson promulgó la llamada ley Ingersoll,3​ estableciendo la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas, aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas a entre 14 y 18 horas. Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. La prensa generalista de Estados Unidos, reaccionaria y alineándose con las tesis empresariales, calificaba el movimiento como «indignante e irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestó que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo».4

El día 1 de mayo, la huelga

Acto del 1 de mayo de 1983 a finales de la Dictadura en Montevideo, Uruguay

El sábado 1 de mayo de 1886,5​ 200 000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200 000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.

En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peores que en otras ciudades, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la de maquinaria agrícola Helmans, en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad de sus salarios para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2, la policía había disuelto en forma violenta una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo seis muertos y decenas de heridos.

El periodista Adolph Fischer, redactor del Arbeiter Zeitung, corrió a su periódico donde redactó una proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25 000 octavillas. La proclama decía:

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos posteriores serán conocidos como la revuelta de Haymarket.6

La revuelta de Haymarket


Uno de los más célebres grabados de la revuelta de Haymarket, que muestra, de forma inexacta, a Fielden dirigiéndose al público al mismo tiempo que estalla el explosivo y empiezan los disturbios.

Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20 000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías, lo que dejó un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud: mataron a 38 personas y dejaron más de 200 heridos.

Chicago fue declarado en estado de sitio y tras el toque de queda se detuvo a centenares de trabajadores, golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.

Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:

Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!

La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, responsabilizando a ocho anarquistas y a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.

El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en ocho. Las irregularidades en el juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales en su forma y fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a muerte, los cuales serían ejecutados en la horca. El detalle de las condenas es el siguiente:

Prisión
A muerte

Las condenas fueron ejecutadas el 11 de noviembre de 1887.4​ José Martí, que trabajaba como corresponsal en Chicago para el periódico argentino La Nación lo narró:

... Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el de Parsons. Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...4

Los sucesos de Chicago además costaron la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes europeos: italianosespañolesalemanesirlandesesrusospolacos y de otros países eslavos.

Consecución de la jornada laboral de ocho horas[editar]

Karl Marx y Friedrich Engels, en la década de 1880, intelectuales clave en establecer las bases del socialismo científico y el marxismo, pilares fundamentales de una parte significativa del movimiento obrero

A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras:

Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical.

La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. El propio Friedrich Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto comunista dice:

Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!78

Consolidación y extensión durante el siglo xx[editar]

Grabado de Walter Crane "dedicado a los trabajadores" titulado "Una Guirnalda para el Primero de Mayo. 1895" en el que aparece una matrona con un gorro frigio alado que representa el socialismo. En la guirnalda aparecen frases como: "La causa del trabajo es la esperanza del mundo"; "Socialismo significa una vida más útil y feliz para todos"; "Ningún niño trabajador"; "La tierra para el pueblo", etc.9

Tras los sucesos en Estados Unidos, la Segunda Internacional dio un gran impulso a los intentos por convertir el 1.º de mayo en un día festivo, siempre reivindicando simultáneamente la reducción a ocho horas de la jornada laboral. En 1904, la II Internacional reunida en Ámsterdam pidió a «todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal». Al mismo tiempo el congreso hizo «obligatoria a las organizaciones proletarias de todos los países dejar de trabajar el 1 de mayo, siempre que fuera posible y sin perjuicios para los trabajadores».10​ De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera, lo cual se logró paulatinamente en la mayoría de países.

Manifestación el 1 de mayo de 1909 en la Puerta del Sol de Madrid

En Europa durante la segunda década del siglo se sucedieron hitos. El 23 de abril de 1919, el senado de Francia ratificó la jornada laboral de ocho horas e hizo que por primera vez el 1 de mayo de 1919 fuera día no laborable. Dos meses antes en España, la célebre huelga de La Canadiense, dirigida por los movimientos anarquistas en Barcelona, había conseguido que se aprobara en el país el Decreto de la jornada de ocho horas de trabajo,11​ haciendo de España el primer país de Europa en promulgar esta reivindicación,1213​ si bien años después, entre 1923 y 1930, el día se celebró sin manifestaciones, debido a la privación de este derecho durante la dictadura militar del general Primo de Rivera, aunque de 1931 a 1936, durante la República, se conmemoró en las principales ciudades.1412

Manifestación del Primero de mayo de 1950 en Berlín Este, República Democrática Alemana.

Tras la Segunda Guerra Mundial y la adopción del socialismo como sistema político en numerosos países de Europa y Asia, y más tarde en África y América, dio un nuevo impulso al Día Internacional de los Trabajadores, al tiempo que en los países capitalistas de Europa, la influencia de los partidos de izquierdas crecía, y con ellos las celebraciones. Por tanto, el Primero de Mayo se convirtió durante la segunda mitad del siglo xx en un día de grandes celebraciones oficiales, manifestaciones populares y desfiles militares en países como la Unión Soviética —donde se hicieron célebres los grandes desfiles frente al Kremlin de Moscú y el mausoleo de Lenin,15​ la República Democrática Alemana o China.

Mapa del mundo, dividiendo a los países según el estatus del 1.º de mayo como día de los trabajadores:     El día de los trabajadores cae o puede caer el 1 de mayo.     Hay otro festivo oficial el 1 de mayo.     El 1 de mayo no es festivo, pero se celebra el día de los trabajadores en otra fecha.     No hay celebración del día de los trabajadores, ni el 1 de mayo ni en otra fecha.

En 1954, el papa Pío XII declaró el 1 de mayo festividad de San José Obrero, en la Plaza de San Pedro de Roma, añadiendo un mensaje católico a este día, y abriendo un nuevo concepto de "obreros católicos", con reivindicaciones sociales y fe, siempre en oposición a los métodos e ideas de organizaciones comunistas, y socialistas, principales organizadores de la celebración y hostiles en general a la religión.16

En otros países capitalistas, sobre todo en Estados Unidos, se desalentaron tanto desde las empresas como desde el gobierno las celebraciones del 1.º de mayo, para evitar una mayor influencia de los partidos y sindicatos de izquierda. En Portugal, por ejemplo, el Día Internacional de los Trabajadores se comenzó a celebrar en libertad tras el triunfo de la Revolución de los claveles el 25 de abril de 1974 y en España no se celebró, con el sentido original de la conmemoración, entre 1939 y 1977, durante la dictadura de Francisco Franco, sustituido por la celebración de la festividad de San José Obrero después de su proclamación vaticana.

Debido al clima de reivindicación por un lado y la división del mundo por otro durante la segunda mitad del siglo xx, las celebraciones del Día Internacional de los Trabajadores derivaron en algunas ocasiones en numerosos enfrentamientos, disturbios y masacres, que provocaron o fueron motivo de cambios políticos con relevancia nacional e internacional en algunos casos. Por ejemplo, en Turquía se produjo el 1 de mayo de 1977 la masacre de la Plaza Taksim en Estambul, con un saldo de decenas de muertos;17​ la masacre se produjo en medio de clima de enfrentamiento entre izquierda y derecha a lo largo de toda la década de 1970 que finalizó con el golpe de Estado de 12 de septiembre de 1980.

En el siglo xxi[editar]

Al inicio del siglo xxi se comenzó, en muchos países por parte de los medios de comunicación a denominar al Día Internacional de los Trabajadores, como "Día del Trabajo" en un intento de desligar la celebración, ya muy arraigada, de su origen conmemorativo y reivindicativo.

En otros países, en general de colonización británica, han venido celebrando el Labor Day ("Día del Trabajo") en fechas diferentes al 1.º de mayo. En los Estados Unidos de América y Canadá el Labor Day es el primer lunes de septiembre; en Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre; en Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el primer lunes de octubre en el Territorio de la Capital AustralianaNueva Gales del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el primero de mayo en Queensland y el Territorio del Norte. Debido a que la festividad tiene un carácter oficial en muchos países, parte de la población continúa participando en las celebraciones y sus reivindicaciones, mientras que otra parte toma el día de descanso para actividades de ocio, etc.