martes, 1 de agosto de 2017

Recordamos al Padre de la patria

Don José de San Martín Matorras nació en Yapeyú, el 25 de febrero de 1778.
Cuando tenía 7 años fue llevado a Buenos Aires, y dos años después a España. Desde muy joven siguió estudios militares, llegando a combatir en guerra contra moros, franceses y portugueses.
En 1812 decidió embarcarse rumbo a Buenos Aires para servir a la causa de la independencia americana.

Al llegar a su patria natal se casó con la joven Remedios de Encalada, con quien tuvo su única hija, Mercedes.
En 1813, junto a su regimiento Granaderos a Caballo tuvo una decisiva participación en la batalla de San Lorenzo, que aseguró la independencia de Argentina.
En 1814 se instaló en Mendoza y aquí organizó el Ejército de los Andes, con el cual cruzó la Cordillera y logró la independencia de Chile con la victoria de Maipú, en 1818.
En 1820 llegó al Perú, al mando de 4500 hombres, y a comienzos de julio de 1821 logró ingresar a Lima, proclamando la Independencia del Perú el día 28. Se quedó gobernando con el título de Protector hasta setiembre de 1822, pero no pudo derrotar definitivamente a las fuerzas del virrey La Serna. Se retiró para dejarle el camino libre a Simón Bolívar.
A su regreso a Mendoza pidió desde allí autorización para entrar en Buenos Aires y poder ver a su esposa que estaba gravemente enferma. Rivadavia le negó el permiso pero ante el agravamiento de la salud de Remedios, y pese a las amenazas, San Martín decidió viajar igual a Buenos Aires, lamentablemente llegó tarde, su esposa ya había muerto sin que él pudiera compartir al menos sus últimos momentos.
Difamado y amenazado por el gobierno, San Martín decide abandonar el país en compañía de su pequeña hija Mercedes rumbo a Europa.
En 1825 redacta las famosas máximas, una serie de recomendaciones para su educación en caso de que él no estuviera a su lado. Allí les aconseja el amor a la verdad, la tolerancia religiosa, la solidaridad y la dulzura con los pobres, criados y ancianos; amor al aseo y desprecio al lujo.
Vivía de la escasa renta que le producía el alquiler de una casa en Buenos Aires y de la ayuda de algunos amigos
Pero el general seguía interesado e inquieto por la situación de su país. En febrero de 1829 llega al puerto de Buenos Aires pero no desembarca. Se entera del derrocamiento del gobernador Dorrego y de su trágico fusilamiento. Muchos oficiales le envían cartas a su barco y lo van a visitar con la intención de que se haga cargo del poder. San Martín se niega porque piensa que tome el partido que tome tendrá que derramar sangre argentina y no está dispuesto a esto.
Finalmente se instala en, en Boulogne-sur-Mer, Francia, donde fallece el 17 de agosto de 1850, a la edad de 72 años.

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